
Existen personas que no tienen miedo de apostar sus vidas por un cambio en su entorno. No vacilan en levantar la voz cuando los demás se quedan en silencio frente a la injusticia y la represión. No se suman a las psicosis de las masas. Algunos luchan contras dictaduras, otros contra sociedades que atacan lo diferente. Estas son las historias de los disidentes del siglo XXI, aquellos que se enfrentan a la injusticia con herramientas que sus predecesores nunca hubieran imaginado. Son los buenos rebeldes, esos que no necesitan la violencia para cambiar el mundo.
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