Son las once de la noche. La oscuridad del invierno es desafiada por las luces de las calles y la vida nocturna de la ciudad. Jun Heo está sentado en su habitación en Seúl, Corea del Sur, esperando una llamada con 12 horas de diferencia, desde el otro extremo del mundo. A sus 26 años occidentales (28 en edad coreana), su aspecto delgado, cabello negro, sonrisa tranquila, y lentes sobre lo hacen ver como un chico normal. El estudiante de Ciencia Política en la Universidad de Seúl, se toma algunas anécdotas de su vida con humor. Otras, no tanto. Y es entendible al oír su historia: Jun es protagonista de un viaje que pocos pueden imaginar, uno que comienza en la más profunda oscuridad (literal y figurativa) y acaba después de años de escape, escondites y sufrimiento.
¿La razón? Es uno de los cerca de 30.000 disidentes norcoreanos que, se estima, han logrado escapar del régimen más hermético del mundo: La República Popular Democrática de Korea, o Corea del Norte. Un país con herramientas poderosas para asegurar la lealtad de su gente: el monopolio de la verdad, la habilidad de mentirle a su pueblo, enseñarles desde kindergarten a odiar al mundo (especialmente Estados Unidos, Japón y Corea del Sur), y la capacidad para criar la mente de un ejército de soldados convencidos de la importancia de defenderse en contra de todo tipo de imperialismo. Un régimen que logra hacer esto incluso privando a su población de electricidad y comida, y con los campos de concentración más crueles sobre la faz de la tierra.
Jun llegó a Corea del Sur alrededor de 2010, después de escapar por segunda vez de la República Popular Democrática de Corea (RPDC), “el mejor país del mundo”, como le dijeron durante toda su infancia. Hoy, es un apasionado YouTuber, dedicado a defender la importancia de la democracia y cómo es realmente su país natal, pero también lucha por la integración y aceptación de los norcoreanos a las sociedades más desarrolladas. Pues, según cuenta, muchas veces son discriminados por su origen y la dificultad que significa aprender, incluso, a utilizar un teléfono celular.
1. Una infancia en la oscuridad
Jun Heo (JH): Nací en 1992 en Corea del Norte, en la provincia de Hamgyong del norte. Mis padres eran miembros del Partido Comunista y, por lo tanto, altamente leales al régimen. De hecho, yo también me consideraba un comunista, porque fui criado como uno. Mis padres siempre me decían: “tienes que ser leal a la familia Kim, vivimos en un gran país”. Estaba convencido de que eso era lo correcto. Desde que tengo memoria, mi sueño era unirme al ejército de Corea del Norte, como mi abuelo que llegó a ser un general de alto rango en el régimen.
Pero nací en una época complicada, desde 1992 a 1997 hubo una fuerte crisis económica en Corea del Norte, millones murieron de hambre. Todos los días, desde que puedo recordar, veía cadáveres tirados en la línea del tren o en las calles, era horrible”.
Autora: En esa época, el trabajo de sus padres era sacar los cuerpos de las calles y enterrarlos. Aunque Jun era solo un niño, la imagen de su mama, Chunsil, trabajando con los muertos está estancada en su cabeza. Ella nunca lo dejaba solo, y por lo tanto, lo llevaba con ella a los campos, a los entierros y a las calles.
JH: Mi mamá siempre estaba preocupada de cómo conseguir comida. Entonces decidió escapar en 1997, para ir a buscar alimento a China. Por suerte, no lograron arrestarla. Como teníamos parientes en China ellos ayudaron a mi madre y ella regresó con alrededor de 1000 yuanes chinos, mucho dinero para esa época.
Autora: La comida siempre faltaba en la mesa. Como había caído la Unión Soviética (URSS), Corea del Norte perdió a la mayoría de sus aliados internacionales y por lo tanto, su abastecimiento. El peor periodo de hambruna duró cuatro años: desde 1993 a 1998. Aunque el número de víctimas aún es desconocido, algunas organizaciones han estimado al menos 1 millón de muertos. Una encuesta interna del gobierno de Corea del Norte, estima que pudieron haber incluso 3.5 millones de víctimas.
Chunsil cruzó tres veces la frontera china para buscar comida, y la descubrieron dos veces. Cuando la policía la atrapó en 2003, las consecuencias fueron severas. Fue torturada y golpeada sistemáticamente por la policía, para luego ser llevada a prisión. Tristemente, incluso perdió la vista en uno de sus ojos por los golpes y heridas. Cuando Jun por fin pudo verla, quedó impactado al ver su cara ennegrecida y cubierta en heridas.
¿Cómo y cuándo escapaste de Corea del Norte?
Después de que la atraparan, mi mamá se escapó de nuevo de Corea del Norte y nunca regresó. Dos años más tarde, en 2005, cuando estaba en secundaria, dos hombres (traficantes de personas) se me acercaron un día después de la escuela y me dijeron: “tu mamá te está esperando muy lejos de aquí, puedes encontrarte con ella si nos sigues un par de horas caminando”. Yo les creí, porque la extrañaba profundamente. Entonces los seguí hacia el norte y cruzamos el río Tumen (Duman). Jamás había notado lo cerca que vivíamos de la frontera, de ese río que rodeaba a la RPDC.
Cuando llegamos al otro lado, habían dos gestores (de trata de personas). Eran chinos y solo podían hablar un poco de coreano. Me gritaban “síguenos, síguenos, tu mamá está por allá”. En ese momento, aún no me daba cuenta de que estaba en territorio chino. Me di cuenta después de un par de horas en el auto, cuando me pareció que algo estaba mal, porque había luces en todas las calles. Era raro, en Corea del Norte no existen faroles, en realidad, no había nada de electricidad.
¿A qué te refieres con “nada de electricidad”?
En la RPDC, el 98% de la población no tiene acceso a servicio eléctrico. Todas las casas sobreviven con lámparas de gas, pero el país no tiene abastecimiento suficiente de gas ni petróleo, porque Estados Unidos negoció con China para que dejara de enviar petróleo a Corea del Norte. Casi el 100% de la población vive en oscuridad, es como el siglo XVII.
¿Cómo fue llegar a una metrópolis sin conocer nada de eso?
JH: Me llevaron a Beijing, la capital de China. Estuve ahí por alrededor de siete días, con otros 16 norcoreanos que habían escapado. Ahí me di cuenta: era un disidente, me había escapado, comencé a temer, porque sabía qué me pasaría si nos atrapaban.
Pero, al mismo tiempo, estaba sorprendido, habían muchos autos, edificios altos, e incluso, faroles. Era la primera vez que veía alguna de esas cosas, (…) era como estar en el paraíso. Entonces me di cuenta: mi país me había mentido toda mi vida. Siempre me dijeron: no hay país mejor que Corea del Norte, vives en el mejor país del mundo. Todo lo que alguna vez me dijo el gobierno, era una mentira. Ahí habían tantos autos, tanta comida, estaba impactado por todo en Beijing, aunque solo estuve siete días, estaba en shock.
Autora: Pero Jun nunca salió de ahí, ni tampoco pudo ver a su mamá. En la octava noche, la policía China irrumpió en el refugio en el que se quedaban. Golpearon a los gestores hasta matarlos con bastones eléctricos y se llevaron a los prisioneros. A Jun lo enviaron a Dandong (China) y luego fue puesto bajo la custodia de la policía de Corea del Norte. Entre los gestores que lo llevaron a Beijing, había un espía norcoreano que los traicionó y entregó a las autoridades.
2. Atrapado en el mejor peor lugar del planeta
¿Qué pasó cuando volviste a la RPDC?
JH: Los 16 desertores fuimos atrapados por la policía secreta en 2005. Yo tenía 14 años en edad coreana (12 años). Me enviaron directamente a Corea del Norte y me confinaron en el campo de concentración de Sinuiju por tres meses. Aunque yo solo era un adolescente, nos amontonaron a todos ahí. No hay campos de concentración para niños.
“Aún así, se sabe que los campos de reeducación de Corea del Norte han sido categorizados como incluso peores que los campos nazi'”.
Autora: Hay muy poca información sobre el campo de concentración de Sinuiju, o Kyo-hwa-so No. 3 Sinuiju. Las fotos satelitales y, desde tierra, muestra un montón de edificios desmoronándose. Según una serie de fuentes, alberga alrededor de 2500 prisioneros. Aún así, se sabe que los campos de reeducación de Corea del Norte han sido categorizados como “incluso peores que los campos nazi”. Todo es insalubre, las camas están llenas de ácaros y alimañas, y los prisioneros son obligados a trabajar en condiciones inhumanas. Los convictos del mismo sexos son encerrados en pequeñas celdas amontonados, las mujeres son drogadas y violadas durante la noche, los prisioneros gritan de dolor todo el día, y si para los ciudadanos normales falta comida, en estas cárceles es un milagro encontrar algo que masticar. Hay reportes de soldados que matan a los bebés al nacer, ahogándolos en cubetas con agua sucia. En su estadía, Jun fue torturado todos los días.
JH: A ellos nos les importa, ven a la gente como animales, traidores, disidentes. La razón por la que pude salir antes, es porque mi tía sobornó a la policía secreta.
Autora: Aunque Jun regresó a casa, todo cambió para él. No le permitían hablar con nadie, ir a la escuela. Fue puesto bajo arresto domiciliario por la policía secreta coreana. Si necesitaba ir a cualquier lugar, debía informar a sus captores antes. Pero lo que más le impactó, era que a su familia la trataban tan mal como a él.
JH: Te conté que mi abuelo era un general de guerra. Yo pensaba, ¿Cómo pueden tratar así a mi familia?, ¿Por qué? Porque, aunque seguían siendo leales a Corea del Norte y al régimen, los trataban como animales. Me decepcioné de mi país, y aún lo estoy.
3. El segundo escape: dos años entre ríos y fronteras
¿Cuándo decidiste escapar de nuevo?
En 2008, cuando tenía 17 años. Me dije a mí mismo “no puedo seguir viviendo así”, y comencé a planear mi escape. Tenía que llevarlo hasta las últimas consecuencias, porque si me atrapaban y tenía que volver al campo de concentración, mi vida estaba acabada.
Autora: Jun encontró a dos personas que lo ayudaron a preparar todo para escapar de la RPDC. Cuando estuvo listo, fue a ver a su padre, que aún era leal al régimen. Le compró calcetines y le dio todo el dinero que tenía. “No lo necesitaré más, me voy de este país”, le dijo, y desapareció.
¿Cómo está tu familia y amigos en la RPDC?, ¿Has hablado u oído de ellos desde que escapaste?
JH: Nunca he hablado con ellos, no tengo idea de cómo están. Si intentara contactarlos su vida estaría en peligro.
Autora: Jun logró que un grupo de personas lo ayudaran a salir de la RPDC. Cuando estuvo listo, fue donde su padre Jun found some people who helped him get out of DPRK. When he was ready, he went to see his father, who was still loyal to the regime, he bought him socks and gave him all the money he had. “l won’t need it anymore, I’m leaving”, he said, and left.
Los gestores lo llevaron a Musan, una ciudad hacia el norte, y sobornaron a los guardias de la frontera para que “vieran a otro lado” mientras cruzaba el río Tumen, conocido por la imágen penumbrosa que proyecta.
JH: Cuando llegué a China lo primero que hice fue llamar a mi mamá. Ella estaba impactada, “¿eres de verdad Jun?”, fue lo primero que me preguntó. Claro, porque mi voz había cambiado.
¿Cómo conseguiste el número de tu madre?
Cuando estaba en Beijing en 2005, recibí una llamada de ella. Recordé el número y por suerte nunca lo cambió. En realidad, los disidentes norcoreanos no suelen cambiar sus números de teléfono, porque siempre esperan una llamada desde Corea del Norte, por eso atesoran sus números por años.
(…) Entonces me junté con dos nuevos traficantes de personas en Yanji, al noreste de China, y ellos me llevaron a Shanghái. Ahí vive mi familia, porque mi abuelo era en realidad, chino. En la guerra de Corea (1950), el gobierno chino ayudó a Corea del Norte. Millones de soldados murieron en ese conflicto, por lo que no quedaban hombres ni militares que defendieran ese territorio. Por eso, el gobierno de Corea del norte convenció a mi abuelo (y muchos otros soldados) de quedarse, a cambio de un puesto en el Partido. Él jamás volvió a China, pero sus parientes aún vivían allá, por lo que los conocí en Shanghái y me quedé ahí por dos años.
Ya que viviste ahí, ¿Qué piensas de China y su dictadura? Porque no es tan hermética como la norcoreana, pero sigue siendo una dictadura.
En mi opinión, China y Corea del Norte son lo mismo. Los dos países tienen una dictadura que controla todo, la única diferencia es que China es más poderosa que la RPDC.
¿Qué hiciste para llegar desde China a Corea del Sur?
Siempre estaba escapando, escondiéndome de la policía China, así que un día, en 2010 decidí ir a Corea del Sur.
Autora: Jun, junto a otros 15 disidentes norcoreanos, fueron separados en dos grupos y viajaron hasta Tailandia, cruzando el río Mekong para encontrar una oficina de las Naciones Unidas. Tenía que ser Tailandia, porque casi todos los otros países en el sudeste asiático, como Laos o Vietnam, tienen un Partido Comunista a la cabeza.

¿Qué tan diferente fue la Corea a la que llegaste, de la Corea del Sur que te imaginabas?
Aprendí mucho de Corea del Sur cuando estaba en Shanghái. Vi muchas películas surcoreanas y escuché mucho sobre la sociedad surcoreana. Pero la sensación fue muy distinta, porque apenas tuve mi pasaporte surcoreano en las manos, sabía que no tendría que seguir corriendo nunca más.
4. Ser un disidente en el siglo XXI
Tenemos teléfonos celulares, redes sociales y muchos mecanismos para comunicarte. ¿Cómo se enfrentan los disidentes a esa realidad?
No habían teléfonos celulares en Corea del Norte, solo teléfonos de cable del siglo pasado. Nada de smartphones, por supuesto. Entonces, no solo yo, pero todos los disidentes que llegamos a Corea del Sur, quedamos implantados por la tecnología y la sociedad. Pero, ¿sabes? Antes de llegar acá, nuestras vidas estaban centradas en sobrevivir, escondernos o escapar, nada más. Entonces no le prestábamos mucha atención a nada más, a la sociedad, a qué usaban las personas. Solo nos concentrábamos en sobrevivir.
Autora: Jun es un disidente. No solo escapó, sino que dedica su vida a utilizar la tecnología para decirle a la gente cómo es vivir en Corea del norte. Sus videos en YouTube tratan temas cotidianos y otros no tanto: cómo es vivir en Corea del Norte, qué piensan los norcoreanos de los Estadounidenses, cómo se trata a las mujeres en Corea del Norte e incluso, como tratan los surcoreanos al los disidentes del norte.
¿Porqué decidiste abrir un canal de YouTube y convertirte en YouTuber?
Creo que la gente no entiende realmente qué está pasando en Corea del Norte. Por qué cosas nos ha tocado pasar a los disidentes norcoreanos. Quería contar la verdad, compartir información sobre Corea del Norte, los disidentes y los Derechos Humanos que se vulneran allá. La gente se muere todos los días en la calle, ya sea de hambre o por los trabajos forzados, las mujeres son maltratadas…
(…) Pero, no quería que este canal se tratara solo de mí. Somos alrededor de 30 mil desertores, y tenemos que sacar la voz en conjunto. Conocía a algunos e intenté convencerlos para que se unieran al proyecto: “tienes que contar tu historia, decirle al mundo qué está pasando en Corea del Norte. Es muy importante, mucha gente quiere saber sobre eso”.
Autora: Las imágenes de los norcoreanos llorando la muerte de su líder, Kim Jong Il, en 2011, dieron una vuelta al mundo. Parece que la gente no solo ama al líder por sobre todas las cosas, sino que además creen en su divinidad. Durante la época de Kim Il Sung, el primero de los líderes de la RPDC, y Kim Jong Il, se decía que los líderes no orinaban ni defecaban, y que jamás cometía errores, porque no operaba bajo las normas humanas básicas.
¿Qué piensan los norcoreanos de sus líderes? En uno de tus videos, entrevistas a desertores y les preguntas qué sabían ellos de la navidad en Corea del Norte. Ellos responden que no hay otro dios más que la familia del líder, entonces, tanto ellos como sus familias serían castigados si los descubren celebrando cualquier otra religión.
No hay ningún dios. El único dios en el que pueden creer ese la familia Kim y en Kim Jong Un, nuestro líder actual. Sin embargo, creo que hoy, la gente ya sabe que la familia Kim no es sagrada en realidad. Kim Jong Un ya no es un dios, porque la gente sabe mucho más que antes. Muchos ven películas surcoreanas todos los días.
¿Cómo acceden a estas películas de Corea del Sur?
JH: Recuerdo haber visto películas surcoreanas cuando estaba allá. Cuando la gente vive cerca de la frontera también pueden escuchar la radio surcoreana. Además, muchos disidentes me han dicho que existen activistas ponen películas y series de drama surcoreano en UBS’s y las mandan a Corea del Norte a través de China. Entonces, por todas estas cosas, muchos disidentes vieron películas surcoreanas antes de escapar.
Autora: Tal como la película Chuck Norris vs el Comunismo, los activistas disidentes han encontrado una forma de mostrarles a los norcoreanos el resto del mundo. Pasan USB’s a través del río Tumen y sobornan a la policía de la frontera para dejarlos pasar ese contenido a la gente. Uno de los activistas destacados es Chol Hwan Kang, un disidente norcoreano que se las arregla para pasar alrededor de 4 mil flashdrives al año.
¿Qué opinas tú de Kim Jong Un?
En realidad, yo estaba muy enfadado con la familia Kim y con Kim Jong Un. Pero enojarse no va a solucionar nada en mi vida, así que prefiero solo ignorarlos. En este momento estoy estudiando Ciencia Política, entonces te puedo responder de manera pragmática. Si lo pienso de nuevo, quizá Kim Jong Un es una persona racional, no digo que sea un buen líder, pero si estuviera en sus zapatos, probablemente sería igual que él. El sabe controlar el país, mantenerse en el poder en Corea del Norte, pero eso no significa que sea una buena persona.
En realidad nosotros en occidente nos llega algo de propaganda del gobierno, y retratan al país como un paraíso. ¿Crees que la propaganda norcoreana afecta la imagen del país?
La propaganda es bastante útil para influenciar a la gente. No es esencialmente algo malo, pero en Corea del Norte no hay acceso a ninguna otra fuente oficial de información, la gente no tiene idea de qué pasa fuera. Entonces, la propaganda es realmente mala en las dictaduras. Pero, en democracia, la gente puede mirar la propaganda y juzgar si creerle a la propaganda y a los políticos.
Pero hay gente más susceptible a creerle a esa propaganda, gente que apoya a la RPDC, a la que convencen de que es un paraíso.
(Ríe) Quién creería eso.
Puedes reírte, pero, Alejandro Cao de Benós vino a Chile en 2014, hizo discursos a la izquierda radical y lo alabaron. Además tenemos un excandidato presidencial llamado Eduardo Artés que dice que la RPDC es una democracia popular, que la gente es más feliz allá y que han logrado cosas por las que en Chile aún se está luchando. Poca gente lo sabe, pero en realidad Chile es el país latinoamericano con más relaciones comerciales con Corea del Norte.
Es posible, quizá en algunos lugares la gente no recibe suficiente información sobre Corea del Norte, probablemente no tienen idea de lo que ocurre en la RPDC y cómo el gobierno realmente trata a su gente. Puedo entender que piensen así si no tienen acceso a información. Pero por eso hago mis videos.
¿Porqué estudiaste ciencia política?
Espero lograr ser político algún día. Creo que nosotros, los disidentes norcoreanos somos útiles para la sociedad, podemos ayudar a cambiar la perspectiva de la gente y ayudar a entendernos entre nosotros.
¿Y cuál es el primer paso, qué quieres hacer cuando salgas de la universidad?
No estoy seguro todavía, estoy considerando seriamente ser YouTuber. Mi canal está ganando más suscriptores cada día y la gente espera mis nuevos videos.
¿Crees que pueda haber reunificación entre las dos Coreas algún día?
No creo que eso pase, es casi imposible, ninguna dictadura ha renunciado a su poder como Corea del Norte tendría que hacerlo. Para que haya una reunificación, Corea del Norte tendría que rendirse primero.
¿Qué me puedes contar de la sociedad surcoreana? ¿Qué opinas de tu país, ya que es uno de los más desarrollados del mundo?
Corea del Sur es mi segunda tierra. Me permitieron vivir aquí, me dieron pasaporte, alojamiento y dinero. Aceptaron mi postulación a la universidad de Seúl en Ciencia Política. Estoy muy agradecido de este país y esta sociedad. Casi me siento surcoreano a estas alturas, aunque mi tierra natal es Corea del Norte. No creo que lo que deba definirte es el lugar de dónde vienes.
¿Qué pasa con los problemas de discriminación contra los norcoreanos?
Autora: Aunque dejan de correr, los disidentes norcoreanos deben enfrentar nuevos problemas en lo que respecta a adaptarse a Corea del Sur. Reciben ayuda social del gobierno, y por eso suelen ser discriminados por surcoreanos que no aprueban que se gasten fondos públicos a los que ellos consideran forasteros. Además, los norcoreanos tienen que nivelar sus conocimientos, desde lo más básico (como de qué forma usar un smartphone o subirse a un bus), hasta cosas más serias como su educación formal. Muchos fallan y terminan luchando con la frustración. Una de las consecuencias más severas es el creciente número de suicidios por parte de la población de desertores. Estos problemas han sido expuestos en el canal de Jun, y él ha realizado experimentos sociales que buscan mejorar la relación entre nor y surcoreanos.
JH: Corea del Sur no es el mejor país del mundo. La gente siempre nos juzga a los disidentes norcoreanos, o a los homosexuales o a cualquier persona diferente, ¡Es ridículo!. Mucha gente me dice: “eres un comunista”, “un espía”, “vuelve a Corea del Norte”. Y por supuesto que respeto que la gente tenga ideas distintas, pero no tienen nada de empatía, no piensan antes de hablar. Pese a que Corea del Sur es una de las economías más desarrolladas del mundo, la mentalidad de la gente aún no está desarrollada, es distinto a Japón o Estados Unidos, la gente tiene un pensamiento atascado en el siglo XX.
¿Como una mentalidad de Guerra Fría?
Sí, tienen una mentalidad de Guerra fría, pero ya estamos en 2019, ha pasado casi un siglo. No se dan cuenta que viven en 2019.
Mencionaste que respetas el derecho de la gente a pensar distinto. ¿Cómo valoras, como norcoreano, la libertad de expresión y la democracia?
Son cosas demasiado importantes. Sólo imagina que, si estuviera en Corea del Norte, no tendría derecho a hablar de ninguna forma. Ni siquiera podría decirte un argumento, no podría organizarlo en mi cabeza, porque el pensamiento crítico no está desarrollado allá, debido a la represión. Son cosas muy importantes, de verdad marcan una diferencia muy amplia entre Corea del Norte y del Sur. Es muy significativo para los disidentes norcoreanos tener derecho a hablar, mirar, escuchar y pensar por sí mismos.
En una entrevista previa dijiste que los norcoreanos tienen que cambiar para tener una relación real con los surcoreanos. ¿Qué les falta a los norcoreanos para entenderse mejor con Corea del Sur?
Creo que lo primero, es entender qué es democracia. Porque los norcoreanos creen, (en general) que el régimen de la familia Kim es el mejor del mundo. No los presionaría a una democracia, pero tienen que ser capaces de acceder a otra ideas e información, información sobre el mundo y los países occidentales. Solo ahí podrán comparar y elegir entre democracia y su dictadura.
Desde la cuna, los norcoreanos son enseñados a odiar tanto a Estados Unidos como a occidente, y a ver la RPDC como el mejor país en el mundo. ¿Cómo ven los norcoreanos a occidente?
“Creo que la razón por
la que nunca veremos
una reunificación real entre las Coreas
es que el mundo no quiere una reunificación”.
Los profesores jamás dirían “Estados Unidos es el país más rico del mundo”. En cambio, destacan que los estadounidenses han asesinado a los norcoreanos e intentaron acabar con Corea del Norte. Nos dicen que tenemos que conseguir más misiles y probar más armas nucleares, porque EEUU va a atacar a nuestro país y matarnos a todos. De hecho, no los llaman estadounidenses ni americanos, les llaman animales, (miguk-nom).
¿Crees que China está previniendo los cambios en Corea del Norte, apoyando la dictadura y cerrando toda posibilidad de reunificación?.
Creo que el gobierno chino no va a ayudar a ninguna causa de reunificación, porque en el fondo no quieren que la península coreana sea una sola. Si se convierte en un solo país, podría fácilmente convertirse en la 6ta potencia mundial. El gobierno chino siempre va a frenar eso. Pero no solo ellos, también los japoneses y los estadounidenses, que venden armas y seguridad en Corea del Sur, entre otros intereses geopolíticos. Creo que es la razón por la que nunca veremos una reunificación real entre las Coreas: el mundo no quiere una reunificación.
-Palabras finales-
La República Popular Democrática de Corea (RPDC), mejor conocida como Corea del Norte, suele aparecer en las noticias como un Estado dictatorial, que amenaza la estabilidad mundial al probar bombas nucleares en el Océano Pacífico. En otras ocaciones, se toma los titulares debido a que sus líderes (la familia Kim), tienen un inmenso poder en el país y la región. Su mandatario, Kim Jong Un, se ha convertido en una figura internacional desde que tomó el poder en 2011, cuando falleció su padre, Kim Jong Il.
Corea del Norte suele ser comparada con su hermana, Corea del Sur, o la República de Corea, un país con un ingreso per cápita de sobre US$40.000 dólares, y uno de los mayores desarrolladores tecnológicos del planeta. Ambos solían ser un solo país, pero después de la Guerra de Corea (1950-1953), tomaron caminos distintos: el norte se convirtió en un estado hermético, de corte comunista y un aliado de la URSS
¿Cómo es vivir hoy en Corea del Norte? Gran parte es un misterio. Algunos periodistas se las han arreglado para entrar al país, pero casi siempre bajo la aprobación y censura previa del gobierno. Según el sitio web oficial, la RPDC: “Es un Estado genuinamente constituido por la clase trabajadora, donde todo el pueblo está finalmente liberado de explotación y opresión”. Sin embargo, Jun Heo, hoy de 26 años (28 en edad coreana), no recuerda que su infancia o adolescencia se acercaran ni siquiera un poco a esa descripción, ni a lo que sus padres y maestros le dijeron que debía creer. Jun vivía en el “mejor país del mundo”, y debía estar dispuesto a morir para defenderlo.
Nota de la autora: Esta entrevista se desarrolló en varias etapas durante abril de 2019. Se realizó en inglés, de manera digital, por medio de contacto directo con Jun Heo, quien luego complementó con información propia sobre su historia.
Disclaimer:
Las opiniones y declaraciones expresadas en esta publicación son de exclusiva responsabilidad del entrevistado y no necesariamente representan al equipo de Disidentes.org, a la Fundación para el Progreso o a las organizaciones que colaboran con este proyecto. Lo mismo es válido para las opiniones, declaraciones y acciones de los entrevistados en otros momentos y contextos, tanto en el pasado como en el futuro.